Artículo
Fecha
2006-04
Resumen
En el pasado, se esperaba que los bancos centrales —por ley, costumbre, o ambas— usaran sus instrumentos de política para lograr múltiples objetivos, como alto crecimiento y empleo, financiamiento para el Fisco y solución de problemas de balanza de pagos. Hoy gozan de sustancialmente más independencia, de hecho y de derecho, que hace veinte años, y la estabilidad de precios es su objetivo primordial. El artículo analiza los cambios institucionales que han ocurrido en las últimas dos décadas en el área de la autonomía de los bancos centrales e instituciones responsables de la política monetaria en el mundo, con una revisión de la evidencia empírica acumulada respecto de la relación entre la independencia del banco central y el desempeño macroeconómico. Se extraen lecciones de la estabilización de la inflación en conjunto con la mencionada independencia en el contexto más amplio de la elección del ancla nominal. La última parte considera los desafíos futuros que enfrentan los bancos centrales en la era de estabilidad de precios. Una vez conquistada la inflación, se espera de ellos que dediquen más atención a estabilizar la brecha de actividad. También se examinan los riesgos propios de un régimen de metas de inflación, así como temas de rendición de cuentas y transparencia, que cobran importancia en el nuevo régimen. Además se revisan los tradeoffs entre la responsabilidad democrática y la autonomía de los bancos centrales que surgen en el contexto de la distribución de las utilidades (o pérdidas) entre el banco central y el gobierno, y la determinación del capital del banco central.
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